publicar (1)

Nunca he hecho un tatuaje, ni pretendo hacerlo, o hacérmelo, aunque la verdad es que siempre me ha llamado la atención; hubo una época en la que me hubiera gustado hacerme un tatuaje, pero ahora digo, que bueno que no lo hice. Sin embargo me gustó mucho hacer una ilustración que se concibió de esa manera. Cuando me la pidieron me dijeron: “Piénsala como para que sea un tatuaje, que a lo mejor, un día, me lo hago”He tenido la fortuna de publicar mi trabajo en diarios, revistas, libros, e internet, pero; ¡¡“Publicar” en la piel de una persona!!, para mi significó un reto, recuerdo que me hice la pregunta, ¿quién lo va a ver?, ¿quienes seran los “lectores” de dicha imagen? La gran ventaja de hacer un tatuaje es, que lo más importante, es dejar satisfecho a una sola persona. La opinión o interpretación de los demás no importa, sólo el orgulloso portador sabe que está satisfecho con su significado. Cosa muy distinta es lo que sucede a la hora de hacer una ilustración para una publicación, allí entra a la olla de los juicios y prejuicios, pocos son los editores que se plantean las cosas objetivamente, amén de que también como ilustradores nos equivocamos y somos terriblemente subjetivos y susceptibles a la crítica.Ésta “Ilustración para un tatuaje” vio la luz en el año 2000, se gestó la idea en una redacción de una famosa revista de negocios, su costo fue el de una botella de whisky GLENLIVET, dicho personaje es la identidad secreta de un periodista que sigue deambulando entre redacciones. Es el avatar de un feliz portador, que cuando tuvo el valor de tatuarse, es porque había pasado un cataclismo en su vida (algunas veces los astros se alinean en franca trayectoria de colisión).En pocas palabras; representa un antes y un depués en la vida del tatuado.Ahora que lo pienso, a lo mejor, un día de estos, me compro una máquina para tatuar.PD: Sólo en pocas redacciones de algunos medios impresos se gestan obras que quedan tatuadas en nuestra vida.
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